Aunque los métodos avanzan, expertos advierten que no hay que confiar únicamente en uno solo.
El celular se ha convertido en una extensión de la vida privada; en él se guardan conversaciones, fotos y videos, cuentas de correo, información bancaria... entre infinidad de otros datos personales.
¿Cuál es la mejor manera de proteger esa información? Métodos como el PIN, la contraseña, el patrón, la huella dactilar y el reconocimiento facial ofrecen ser seguros, pero ¿qué dicen los expertos?
Según Fredy Romero, docente del programa de Ingeniería de Software de la Universidad Manuela Beltrán, se estima que una persona desbloquea su celular entre 50 y 100 veces al día, lo que convierte esa acción en un hábito al que pocas veces se da la atención que merece.
“No existe una fórmula infalible porque todas pueden presentar problemas”, dice Romero. Explica que las opciones rápidas, como las huellas dactilares y el reconocimiento facial, deben estar apoyadas siempre en una segunda opción, más lenta, como la contraseña, el PIN o el patrón.
Para Cecilia Pastorino, investigadora del laboratorio Eset Latinoamérica, los avances en las tecnologías de lectores de huella y reconocimiento facial permiten desbloqueos muy rápidos y, aparentemente, infalsificables. Sin embargo, incluso, estos sistemas pueden ser vulnerados si son configurados como la única opción en el celular.
“Aunque la tecnología avanza, la realidad es que esta medida como única opción es más débil que una contraseña alfanumérica con un alto nivel de complejidad”, afirma.
Por eso, aunque describen métodos como Touch ID o Face ID como “las dos tecnologías de seguridad más avanzadas usadas en dispositivos personales”, fabricantes como Apple en todo caso recomiendan al usuario: “Si deseas aún más seguridad, puedes configurar un código alfanumérico tan complejo como quieras”.
Pastorino dice que “no hay una forma más segura que otra”, sino que el usuario debe apoyar su sistema primario con la doble autenticación.
A la hora de escoger entre el PIN, la contraseña o el patrón, tanto Pastorino como Endrick Díaz, experto en ciberseguridad forense de Adalid, coinciden en que se debería optar como segundo paso por una contraseña alfanumérica lo más larga y compleja posible.
Díaz explica que en las pruebas hechas en el laboratorio informático de Adalid se ha descubierto que la contraseña alfanumérica es la más difícil de vulnerar.
Respecto a los sistemas de desbloqueo con huella dactilar, que se generalizaron en numerosos fabricantes, Díaz advierte que esta tecnología, aunque segura en principio, se puede vulnerar en la medida que los sensores actuales no guardan toda la información de la huella.
“Los sistemas toman puntos que considera únicos e irrepetibles. Eso genera solamente una representación, y al ser una representación puede ser suplantada”, explica.
Finalmente, expertos apuntan a que lo importante de generar un desbloqueo seguro radica también en los hábitos del usuario.
Alternar los diferentes métodos, ser creativo con la creación de las contraseñas, no dejar pistas escritas en ningún lugar visible y configurar el celular para que se bloquee automáticamente en un periodo menor de dos minutos son algunas de las recomendaciones que se pueden incluir en la vida cotidiana para proteger la información del celular.
Si usted lleva información personal, laboral, bancaria o de salud en un dispositivo al que no le puso un sistema de protección (o si le puso uno inútil como 123456), se arriesga no solo a perder sus datos, sino a escenarios más graves, como el robo de identidad.
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